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Facilitación multi-task

Puente (Gustavo Cerati)

Hace un tiempo tuve la fortuna de facilitar dos proyectos relacionados con la escritura de artículos (‘papers’ como se suele decir en la jerga) que exigían la participación de diversos profesionales y académicos. Buscaban rigurosidad académica orientada a profesionales de la administración pública y, en otro caso, orientado al público en general. Es decir, bajar a tierra la teoría.

En ambos casos el equipo se conformó con personas de diferentes disciplinas (abogacía, comunicación, ingenierías varias…). Hubo que realizar entrevistas, acordar metodología de trabajo, fechas de entregas, acordar matices, redacción, negociar o consensuar títulos, categorías. Además, mantener conectado los avances de la escritura con las expectativas de quienes habían encargado el trabajo, sin perder el foco en el público objetivo. También hacer el seguimiento del presupuesto, el reporte final, encargar la maquetación, corregir.

El auge de la investigación basada en proyectos (como los que aquí comento) ha llevado a investigar en la organización, coordinación y gestión de los equipos como factores clave para lograr el éxito. En un artículo de título muy pertinente “A framework for structuring interdisciplinary research management» de König y otros, publicado en 2012, afirma que ese tipo de proyectos con sus respectivos equipos pueden analizarse como organizaciones temporales. Tal es el grado de especialización y complejidad de la gestión.

“…los proyectos de investigación interdisciplinar están insertos en una estructura académica y en un sistema de valores, operan como organizaciones flexibles que trabajan para obtener el máximo rendimiento”.

(König y otros, 2012)

La mayor o menor complejidad de esa mencionada organización dependerá siempre del tamaño del proyecto, incluyendo los objetivos, el horizonte temporal y el número de personas involucradas, entre otros aspectos. En el artículo antes mencionado se analiza un caso en el que la gestión de la investigación cabía en un “paquete de trabajo” propio, además de los restantes 6 que concentraban al personal investigador.

En mi caso los equipos no superaban las 5 personas cada uno, pero al ser todas de diferentes disciplinas y de hasta tres organizaciones diferentes identifiqué como necesaria esa función de gestión del equipo. Como he mencionado en un post anterior, en equipos interdisciplinares es muy valiosa la diversidad, pero conlleva desafíos más allá de las diferencias de enfoques de trabajo, los marcos teóricos y metodológicos de cada disciplina.

Photo by Tim Swaan on Unsplash

¿Qué aprendí en esa experiencia como facilitadora de esos equipos?

Principalmente preparar muy bien las reuniones, identificando los puntos específicos que requieren acuerdo explícito. Teniendo en cuenta lo que puede dejarse para las futuras iteraciones. En este punto el logro del consenso es un tema crítico, personalmente aún no sé bien como funciona, ni cómo sucede, creo que soy afortunada de trabajar con personas muy flexibles y abiertas, y que se permiten escuchar al otro e intentan aprender; personas que buscan los puntos de contacto para construir.

Conocer a las personas que están en el equipo, u ocuparme de conocerlas. Estar atenta a su modo de trabajo, sus tiempos, las necesidades específicas en el proyecto teniendo en cuenta también su situación personal.

Mantener prácticas de conversaciones constructivas en las que una persona pueda argumentar su punto de vista hasta hacerlo comprensible o aceptable. Para esto es importante que las reuniones tengan espacio suficiente y orden de temas. Tengo que destacar que en los equipos ha habido siempre respeto por el trabajo y la trayectoria del resto de integrantes y confianza, también, en sus criterios.

Identificar las dificultades para resolverlas y las cosas que no se pueden cambiar para abandonarlas, ajustarlas o re-enmarcarlas. Para llevar proyectos a buen puerto tuve/tengo que tolerar la frustración de que las cosas no sean cómo quiero, aprendo a bajar el volumen del ego y entender que en la iteración se gana y que en el trabajo colaborativo a veces se “pierde” o se aparcan cuestiones. Llegar dónde se puede…esa es también una frontera del conocimiento.

Y por último, pero no por eso más sencillo, estar dispuesta a escribir, editar, corregir, diseñar, hacer tarea administrativa, de reporte, de control de presupuesto, de gestión de la información, además de organizar reuniones y revisar agendas; tener mucha paciencia y entusiasmo que contagie.

¿Has formado parte de un equipo interdisciplinar? ¿crees que la función de facilitación que menciono es importante? ¿cuál ha sido tu experiencia?

Nos escuchamos…

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