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Espacio (y tiempo) de aprendizaje

I know you know (Esperanza Spalding)

En mi trabajo como facilitadora de equipos me encuentro con personas con las que no comparto el mismo marco conceptual, ni la misma cultura organizativa, ni el enfoque de trabajo, entre otras diferencias. Esta circunstancia me ha llevado a pensar en la necesidad de habilitar espacios específicos en los que abordar y alinear estas cuestiones.

Me he referido a la diversidad de marco conceptual en los equipos interdisciplinares en una entrada anterior.

Con respecto a la cultura organizativa sucede que en un equipo multi-actor las personas que lo conforman provienen de organizaciones diferentes. Esto significa, entre otras cosas, que trabajo con diferentes modelos organizativos (algunos más verticales, otros más distribuidos), diferentes formas de trabajo y dinámicas, no comparto el mismo estilo de liderazgo, ni la misma forma de reportar los avances e inclusive medirlos, etc.

Otras veces no comparto el mismo enfoque de trabajo. En mi caso, por ejemplo, he comenzado a utilizar el enfoque sistémico hace relativamente poco. Es lógico que me (y nos) surjan muchas dudas. Esta dificultad es compartida por otras personas del equipo multiactor, y a la que se suma, a veces, el uso de metodologías o herramientas que, quizás, ya conocía, pero que nunca había utilizado directamente. Y toda esta novedad me obliga a repensar mi forma de trabajar, entender cómo lo hacen otros, etc.

Además, en este momento de extrema digitalización, se suma la dificultad de que cada uno está en su casa analizando la información que llega e incorporando conceptos o elementos novedosos en solitario. Esto puede llevarnos a creer que estamos hablando de lo mismo, cuando tenemos percepciones diferentes acerca de lo que ocurre y lo que hacemos (individual y grupalmente).

Como facilitadora, y como parte de un equipo multiactor, me pregunto ¿Cómo podría superar estas “diferencias” dentro del equipo y alinearnos para obtener mejores resultados?

Photo by Gary Along on Unsplash

Propongo crear y facilitar espacios, más allá de las reuniones de trabajo, con el objetivo de (i) generar conocimiento a través del razonamiento o reflexión; y (ii) generar un ambiente de intercambio positivo que nutra el conocimiento del equipo, teniendo en cuenta las siguientes cuestiones:

1

Que esos espacios, con su respectivo tiempo, estén incorporados al trabajo diario. Que no se conviertan en un extra, en algo que hacer al final del día o en nuestro tiempo “libre”.

2

Que estén orientados a mejorar nuestro trabajo, no sólo a contarnos historias de lo bien que lo hemos hecho.

3

Que impulsen expresamente la resolución de “problemas o dudas cotidianas”, que promuevan la práctica de recurrir a otras personas para preguntar, donde se conjure el miedo a no saber de todo.

4

Que transmitan la idea de que los procesos innovadores no son lineales, no hay recetas precisas y acabadas que seguir.

5

Que permita dar rienda suelta a la creatividad, a compartir consejos, alentarnos, descubrir habilidades.

¿Estás de acuerdo? ¿Sientes que necesitas espacios de aprendizaje desde la experiencia? ¿Qué esos espacios tienen que estar vivos y ser, además, inspiradores?

Nos escuchamos…

4 respuestas a «Espacio (y tiempo) de aprendizaje»

Creo que es muy necesario contar con estos espacios. Por otro lado, como dices, es difícil conseguir intercambios que sean verdaderamente útiles, que no resulten redundantes y acaben derivando en «terapias colectivas» simpáticas pero poco provechosas (para eso están los cafés, creo, no?). Me parece fundamental orientar un poquito estas discusiones a construir una base compartida de conocimiento, a compartir buenas prácticas, que «quede algo» como consecuencia del intercambio (una herramienta, un consejo, etc.) que mejore el conocimiento y la capacidad colectiva. Me parece que hay que buscar estrategias creativas y combinarlas con un trabajo riguroso. En una experiencia que conocí los miembros de un equipo grababan en una primera fase un testimonio sobre las mayores dificultades que habían encontrado recientemente en su trabajo. Alguien procesaba de manera sistemática estas contribuciones para identificar temas transversales. A partir del resultado, se trabajaban una o dos temáticas relevantes en pequeños talleres para compartir estrategias (buenas prácticas) a la hora de abordar estos problemas.

Gracias Teresa, excelente la práctica que identificas. Creo que los resultados de esos intercambios tienen que ir directamente, o al menos formar parte, de las agendas del equipo. Es decir, tienen que servir como input para el trabajo diario o para que el/la facilitadora identifique de qué manera abordarlos o qué herramientas se necesitan para resolverlos. Esto significa que no es un espacio o momento que acaba y termina en cada reunión, sino que es un continuo de reflexión – acción.

Desde que puse el primer pie en Itd y escuché las palabras aprender, facilitar, he visto las paredes dibujadas comprendí que a lo mejor estaba en sitio cierto.
En Francia pertenecía a un grupo de facilitadores de inteligencia colectiva… En eso grupo compartía aprendizajes, experiencias y nos entreayudamos con las facilitaciones de cada uno cuando hacía falta. He aprendido muchísimo al largo de los años y también he experimentado mucho.
El este cambio de vida que me está ocurriendo, cambiar de ciudad, de país y de trabajo reanudar nuevas redes es clave… Me encantaría reencontrar un circulo el cual podría seguir aprendiendo….

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